lunes, 5 de noviembre de 2007

Si pudiéremos abrir el tiempo, pegarle un tajo al cielo y espiar nuestras vidas y nuestras muertes. Lo haríamos? Si pudiéramos saber si esta chica que te empieza a gustar será la que te arrancará la piel a trizas o será la que te acariciará las cicatrices. La besaríamos por primera vez? Y si viésemos prados de flores sin mierdas de vaca. Nos suicidaríamos todos a la de tres? Si nuestra vida tuviera un guión, si supiéremos lo que nos deparará el futuro, dejaríamos de cruzar los dedos y jugárnoslo todo a cara o cruz? Dejaríamos la curiosidad guardada en algún cajón del cuarto y saldríamos a la vida sin miedo? Sin vértigo? Lo sabido es aburrido, así que... vamos a correr por ahí, a reventar fanales, a amar a ciegas, a pegarnos con los espejos, con las imágenes, con los dioses, con los que todo lo saben, con los que ven más allá. Nosotros no, nosotros somos ciegos y de rodillas e inseguros palpamos la tierra, y dejamos que nos sangren las manos y sin miedo a morir de asfixia en este mundo de monóxido de carbono vivimos una vida única, dolorosa y auténtica tan llena de cal como de arena. Una vida a la que amamos con todo lo que nos depare, al fin y al cabo lo que no se cure hoy se curará mañana y si no se cura nunca rezaremos a que una niña bonita con minifalda y pelo al aire nos cosa las heridas, nos acaricie las cicatrices y nos las lama y nos pase cervezas frescas por el corazón y nos cierre los ojos con un beso cuando muramos. Y allí, en nuestra caja de zapatos hecha de madera de pino nos reiremos contentos por haber vivido una vida llena y sin importancia.

No hay comentarios: